“En un momento determinado de mi vida profesional me tuve que enfrentar a situaciones que se me hacían del todo complicadas, y que con el tiempo se fueron agravando hasta que me di cuenta que no podía afrontarlas sólo. Me recomendaron iniciar un proceso de coaching con Begoña y empecé con ella un viaje que ha cambiado mi vida. Descubrí cuales eran mis verdaderos miedos, mis inseguridades y otros obstáculos que no me permitían seguir adelante. Gracias a Begoña tengo las herramientas para poder continuar el camino sólo”
Iván U.
“Antes de conocer a Begoña había realizado otros procesos de coaching en los que también aprendí mucho. Buscaba mejorar mis relaciones con otras personas, ser más hábil en mis conversaciones, ser buena jefa, buena madre… Cuando conocí a Begoña ella me llevó de la mano a cuestionarme la relación conmigo misma, camino que ningún coach anteriormente me había planteado”.
Carmen L.
He notado los resultados no sólo en el terreno laboral sino también en el personal
“Han pasado 6 meses desde la última sesión con Begoña y desde entonces he experimentado varios grandes cambios, entre otros, un cambio de empresa a una posición con mucha más proyección y donde me siento más reconocida. El proceso de coaching me dio el impulso que necesitaba para tener una conversación difícil con mi responsable y lanzarme a buscar otra oportunidad más acorde a mis motivaciones”
Laura L.
“He trabajado con Begoña objetivos que tenía a nivel compañía, y los resultados se han notado no sólo en el terreno laboral, sino también personalmente. El proceso me ha permitido darme cuenta de algunos aspectos de mi gestión que eran erróneos, miedos que no sabía cómo afrontar, y paradigmas que era necesario cambiar. Begoña es una persona muy cercana, que te muestra lo que a veces no eres capaz de ver, pero también escucha y te ayuda a analizar”.
Alex T.
Me recomendaron iniciar un proceso de coaching con Begoña y empecé con ella un viaje que ha cambiado mi vida
Tardé tiempo en tomar la decisión de iniciar un proceso de Coaching, y me he dado cuenta de que actuaba con un “piloto automático” que me conducía a reaccionar continuamente. Hoy ya tengo la posibilidad de elegir cómo responder y Begoña me ha ayudado a conseguirlo.
«Mi experiencia en el coaching ha sido muy satisfactoria con Begoña Rodríguez. He trabajado muy cómodo, me ha ayudado a definir los objetivos de manera realista, me ha mostrado (como ella siempre me ha repetido) los beneficios del coaching. Me ha ayudado a establecer sobre todo prioridades y a definir la manera de alcanzar las metas, en este caso, de mi compañía, porque hemos trabajado sobre aspectos reales de mi día a día. Begoña es una persona muy cercana, que te muestra, que realmente te escucha y trabaja en todos los aspectos y las situaciones que tenía. En mi caso, las situaciones que me resultaban difíciles de afrontar. Sobre todo, me ha trabajado esos miedos, me ha hecho ver y analizar lo que estaba ocurriendo. Ella me ha mostrado, y he sido capaz de llegar a determinados puntos en mi vida laboral donde la gestión estaba siendo errónea. Por todo ello, recomiendo totalmente a mi coach Begoña y la verdad es que la experiencia ha sido muy, muy gratificante. En gran medida me ha ayudado a ser mejor persona, a desarrollar mis habilidades, y a cambiar determinados paradigmas que para mí eran bastante necesarios. Y pensar de manera positiva. Los resultados, en mi caso, se han testado y han sido positivos. Y lo aplico, como yo le decía a ella, ya no solo a mi vida laboral sino a mi vida personal, por lo cual la recomendaría 100%.»
Juan Pablo R.
«Con Begoña he aprendido a vivir en el ser y no tanto en el hacer. Yo asumía un 200% de responsabilidad y Begoña hizo que “me diese cuenta” que este % tan alto de responsabilidad me resta mucho poder a mí misma y paso a ser una víctima. “Tanta pesa no compensa”. He aprendido a trabajar en dar a mis colaboradores esa responsabilidad que era suya y con ello me siento más satisfecha y disfruto mucho más viendo que las cosas funcionan mejor así. Cuando nos sentimos valiosos, estamos aceptando quiénes somos y aceptar cómo somos, nos da fuerza, energía y nos abre muchas puertas en la vida. Nos hace sentir capaces y auténticos.
He aprendido a confiar en mí misma, en mis ideas y criterios con calma y con seguridad, a aceptarme como soy, a ser vulnerable y tolerante. Reconocerme a mí misma que tengo límites y que además no me da miedo que los colaboradores lo sepan, creo que además me fortalece y creo lazos y vínculos con ellos que no existían antes.
También he aceptado al equipo, es decir, no tenemos por qué ir por la vida “creando clones”. Cada uno es legítimo y estoy aprendiendo a verle así, aunque sea parecido o distinto a mí. Es mucho mejor que ellos no vivan acechados y controlados; es mucho más armonioso y productivo acompañarlos, facilitarles el camino y reconocerles. “Yo no soy nada sin ellos”. Por lo tanto, ahora soy consciente de mis errores como líder y desde luego sé que tendré maestros que me recordarán “mi antes”; pero también sé donde estoy ahora y donde quiero seguir estando; por lo que sabré diferenciar a qué maestros escuchar y a cuáles no. Ahora mismo, me trato con amor, vivo más tranquila y serena, me siento en paz conmigo misma y esto, que para mí es mucho avance, se vive en el ambiente y todos respiramos mejor. No quiero terminar sin deciros algo que para mí es fundamental, ahora siento que soy una balanza, que día a día intenta equilibrar los pesos entre mi manager y el equipo, buscando en todo momento que ese equilibrio se mantenga para siempre.»